viernes, 30 de enero de 2009

Tu, la más bella


Llorar por amor


Esta es la historia de un amor de verano. Fugaz e intenso. Se conocieron aquella noche y se hicieron inseparables. El la mimó, la besó, la sentó en su regazo. Ella accedió, tibia aún, y él la volcó sobre sus brazos una y otra vez, saboreándola hasta el amanecer.

El juró verla al día siguiente en la playa, pero ella no le creyó. Sabía que él había estado con otras, y que todas habían quedado vacías, exánimes, olvidadas para siempre como en un cesto de basura.

Y él lloró. La acarició y la besó. Era conciente que la veía por última vez. Sabía que las otras no eran como ella.

Ella tenía una distinción inigualable. Era fina, delicada, estaba muy bronceada. No era una cualquiera. Se había criado en el campo pero luego había conocido personajes famosos, y todos la usaban y la cambiaban por otra. Su vida amorosa siempre había sido efímera y ella lo sabía.

El no insistió. No quería obligarla a dar más de lo que ella tenía.
La despidió y nunca más volvieron a verse.

Cómo olvidarla.

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